Siempre me llamó la atención como una imagen podía decir tanto sin necesidad de palabras. Hoy, esa curiosidad se convirtió en mi manera de contar historias: con luz, encuadres y emociones reales..

Nací y crecí en Puerto Rico. Aquí también formé mi familia, y fue gracias a ellos que aprendí a mirar la belleza en los detalles simples y cotidianos.

Con el tiempo descubrí que mi cámara no solo captura rostros, sino también lo invisible: lo que se siente. Eso es lo que busco en cada sesión, ya sea en estudio, en exteriores o en proyectos comerciales. Me gusta crear imágenes que se sientan vivas, como si fueran parte de una película que uno quiere volver a ver.

Este trabajo es más que fotografía. Es una forma de conectar con otros, de hacerlos sentir vistos y de congelar momentos que, de otra forma, se nos escapan.